Concierto de la dignidad y la indignación (III)

El domingo 16 de julio mi amigo Pablo y yo íbamos a cocinar en San Pedro Mártir, Tlalpan, para la gente que vino a la Ciudad de México, pero los organizadores ya tenían los puestos ocupados, así que decidimos ir al Zócalo. Como llevaba mi camarita, opté por retratar lo que me pareció más significativo de la marcha: las expresiones creativas de la gente en pro de la defensa de un voto que le fue arrebatado por los oligarcas del país.