8/02/2006

¿Hasta cuándo?

Eduardo Galeano es considerado por mí como una de las mentes latinoamericanas más agudas. Sus escritos son conscientizadores e interpelantes. Tiene la virtud de no dejar indiferente al lector con su rica mezcla de ironía, juegos de palabras y frases lapidarias que contienen una cualidad de la que carecen muchos medios (o miedos) de comunicación: veracidad. De este autor les dejo un artículo que escribió referente al terrorismo de Estado que Israel practica sobre Líbano, Palestina y vecinos.

Caná se llamaba el lugar donde Jesús convirtió el agua en vino para celebrar el amor humano, y Caná es el nombre del lugar donde el odio humano despedaza más de 30 niños en un largo bombardeo. La guerra sigue, como si nada. Hay quienes dicen que fue un error. ¿Hasta cuándo los horrores se seguirán llamando errores?

Esta guerra, esta carnicería de civiles, se desató a partir del secuestro de un soldado. ¿Hasta cuándo el plagio de un soldado israelí podrá justificar el secuestro de la soberanía palestina? ¿Hasta cuándo el plagio de dos soldados israelíes podrá justificar el secuestro de Líbano entero?

La cacería de judíos fue, durante siglos, deporte preferido de los europeos. En Auschwitz desembocó un antiguo río de espantos, que había atravesado toda Europa. ¿Hasta cuándo seguirán los palestinos y otros árabes pagando crímenes que no cometieron?

Hezbollah no existía cuando Israel arrasó Líbano en sus invasiones anteriores. ¿Hasta cuándo seguiremos creyendo el cuento del agresor agredido, que practica el terrorismo porque tiene derecho a defenderse del terrorismo? Irak, Afganistán, Palestina, Líbano... ¿Hasta cuándo se podrá seguir exterminando países impunemente?

Las torturas de Abu Ghraib, que han despertado cierto malestar universal, no tienen nada de nuevo para nosotros, los latinoamericanos. Nuestros militares aprendieron esas técnicas de interrogatorio en la Escuela de las Américas, que ahora perdió el nombre, pero no las mañas. ¿Hasta cuándo seguiremos aceptando que la tortura se siga legitimando, como hizo la Corte Suprema de Israel, en nombre de la legítima defensa de la patria?

Israel ha desoído 46 recomendaciones de la Asamblea General y de otros organismos de Naciones Unidas. ¿Hasta cuándo el gobierno israelí seguirá ejerciendo el privilegio de ser sordo?

Naciones Unidas recomienda, pero no decide. Cuando decide, la Casa Blanca impide que decida, porque tiene derecho de veto. La Casa Blanca ha vetado, en el Consejo de Seguridad, 40 resoluciones que condenaban a Israel. ¿Hasta cuándo Naciones Unidas seguirán actuando como si fueran otro nombre de Estados Unidos?

Desde que los palestinos fueron desalojados de sus casas y despojados de sus tierras, mucha sangre ha corrido. ¿Hasta cuándo seguirá corriendo la sangre para que la fuerza justifique lo que el derecho niega?

La historia se repite, día tras día, año tras año, y un israelí muere por cada 10 árabes que mueren. ¿Hasta cuándo seguirá valiendo 10 veces más la vida de cada israelí?

En proporción a la población, los 50 mil civiles, en su mayoría mujeres y niños, muertos en Irak, equivalen a 800 mil estadunidenses. ¿Hasta cuándo seguiremos aceptando, como si fuera costumbre, la matanza de iraquíes, en una guerra ciega que ha olvidado sus pretextos? ¿Hasta cuándo seguirá siendo normal que los vivos y los muertos sean de primera, segunda, tercera o cuarta categoría?

Irán está desarrollando energía nuclear. ¿Hasta cuándo seguiremos creyendo que eso basta para probar que un país es un peligro para la humanidad? A la llamada comunidad internacional no la angustia para nada el hecho de que Israel tenga 250 bombas atómicas, aunque es un país que vive al borde de un ataque de nervios. ¿Quién maneja el peligrosímetro universal? ¿Habrá sido Irán el país que arrojó las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki?

En la era de la globalización, el derecho de presión puede más que el derecho de expresión. Para justificar la ilegal ocupación de tierras palestinas, la guerra se llama paz. Los israelíes son patriotas y los palestinos terroristas, y los terroristas siembran la alarma universal. ¿Hasta cuándo los medios de comunicación seguirán siendo miedos de comunicación?

Esta matanza de ahora, que no es la primera ni será, me temo, la última, ¿ocurre en silencio? ¿Está mudo el mundo? ¿Hasta cuándo seguirán sonando en campana de palo las voces de la indignación?

Estos bombardeos matan niños: más de un tercio de las víctimas y a veces bastante más, como en Caná. Quienes se atreven a denunciarlo son acusados de antisemitismo. ¿Hasta cuándo seguiremos siendo antisemitas los críticos de los crímenes del terrorismo de Estado? ¿Hasta cuándo aceptaremos esa extorsión? ¿Son antisemitas los judíos horrorizados por lo que se hace en su nombre? ¿Son antisemitas los árabes, tan semitas como los judíos? ¿Acaso no hay voces árabes que defienden la patria palestina y repudian el manicomio fundamentalista?

Los terroristas se parecen entre sí: los terroristas de Estado, respetables hombres de gobierno, y los terroristas privados, que son locos sueltos o locos organizados desde los tiempos de la guerra fría contra el totalitarismo comunista. Y todos actúan en nombre de Dios, así se llame Dios o Alá o Jehová. ¿Hasta cuándo seguiremos ignorando que todos los terrorismos desprecian la vida humana y que todos se alimentan mutuamente? ¿No es evidente que en esta guerra entre Israel y Hezbollah son civiles, libaneses, palestinos, israelíes, quienes ponen los muertos? ¿No es evidente que las guerras de Afganistán y de Irak y las invasiones de Gaza y del Líbano son incubadoras del odio, que fabrican fanáticos en serie?

Somos la única especie animal especializada en exterminio mutuo. Destinamos 2 mil 500 millones de dólares, cada día, a los gastos militares. La miseria y la guerra son hijas del mismo papá: como algunos dioses crueles, come a los vivos y a los muertos. ¿Hasta cuándo seguiremos aceptando que este mundo enamorado de la muerte es nuestro único mundo posible?

3 Comments:

Blogger M said...

Te recomiendo encarecidamente el último libro de Pérez Reverte, "El pintor de batallas", muy ad hoc con el mundo y sus pesares...

1:11 p.m.  
Blogger 翼のおれたエンジェル said...

UY, yo sé que esto va a sonar terrible, pero no me explico cómo los árabes permitieron la creación de un estado israelí en primer lugar.

¿Se acuerdan de aquellos barquitos cargados de judíos que ningún país quería recibir? Ahora se entiende.

No me malinterpreten, no soy anti-semita. Admiro al pueblo judío, pero su sufrimiento ha sido bandera harto manipulada para hacer la guerra.

Por ejemplo, en la segunda guerra mundial los nazis mataron mas rusos, polacos y anexas que judíos, y rara vez se habla de ellos.

Saluditos

2:58 p.m.  
Blogger Centro Desarrollo Humano Tanatológico said...

A Medeo:
Gracias por tu recomendación, pero un día decidí no leer más a ese sujeto, aunque escribiera la obra más grandiosa de todos los tiempos. Disfruté con "La piel del tambor", "El club Dumas" y "La tabla de Flandes". Ya en éste último sentí la incomodidad de leer a un escritor homofóbico, como él mismo ha declarado.
Incluso, como miembro de la Real Academia de la Lengua, ha defendido el uso de la palabra "maricón" para designar a los homosexuales. Sé que las ideas pueden trascender a su autor, pero aun así no deseo tener contacto con escritores como él.
Gracias, de todas maneras.
Creo que Galeano o Chomsky, entre muchos otros, son mejores analistas de la coyuntura actual.
¿Ya leíste "Patas arriba / La escuela del mundo al revés"?


A Ángel:
También mataron los nazis a muchos homosexuales. La película "Artículo 175" describe los horrores que vivieron muchos compañeros de ruta en manos del Tercer Reich.
Lo que Israel está haciendo es terrorismo de Estado apoyado por EUA y con la permisividad implícita de la ONU.
Creo que en el caso de Israel se repite ese axioma histórico que dice: "Cuando el oprimido adquiere el poder sin cerrar su herida, se convierte en un peor opresor".

12:12 p.m.  

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